Quitar la suciedad siempre es algo que suele dar pereza, y más cuando toca hacer una limpieza más en profundidad que sabes que te va a llevar unas horas.
Además, si lo que toca limpiar es la cocina, donde suele acumularse la grasa y la basura más fácilmente al cocinar en ella, este trabajo se nos hace cuesta arriba.
Por eso, en este artículo te cuento algunos trucos e ideas para que esta tarea se te haga más llevadera.
Organización
Es muy importante organizarse e ir poco a poco. Por ejemplo, planifica por dónde quieres empezar a limpiar: armarios o electrodomésticos. De esta manera verás que vas avanzando de una manera más rápida y visual, y la desmotivación será menor. También puedes hacerlo en varios días, si es que no tienes tiempo para hacerlo todo de una vez. Si sigues un orden, sabrás lo siguiente que tienes que limpiar y te dará menos pereza.
Organiza también los productos de limpieza que vas a necesitar y revisa que tienes todo para no quedarte a medias. Un truco para no gastar mucho: si tienes jabón, vinagre blanco y bicarbonato, será suficiente para realizar una buena limpieza.

Muebles
La limpieza de los muebles se hace por dentro y por fuera. Limpiar el interior de los armarios suele ser un trabajo extra porque hay que sacar todo lo que tenemos ahí guardado. Para que no te pase esto, quita todo lo que no usas y deja lo esencial, te sorprenderías de las cosas que tienes “por si acaso” y que nunca has usado, ni usarás.
Utiliza bandejas o cestas, de esta manera, para limpiar por dentro un armario solo tendrás que sacar las bandejas y no cada producto de uno en uno. Esto hará que la limpieza sea más sencilla y más rápida, además de tener los productos y utensilios más a mano.
¿Con qué limpiar los armarios? Pues depende del material, pero si son de madera o contrachapados, con vinagre te sirve. Pon una parte de vinagre con tres de agua en un pulverizador y pásalo por el mueble después, aclara con un paño y un poco de agua y finalmente, sécalo todo con un trapo o con papel de cocina. Este último paso es esencial para que no quede nada de humedad. Esto vale para el interior y para el exterior de los muebles.

Si los muebles están lacados, puedes utilizar una esponja humedecida y un poco de jabón neutro. Seca muy bien con un paño suave para que no queden marcas, ya que este tipo de mueble son algo más delicados.
Electrodomésticos
Para limpiar los electrodomésticos puedes utilizar bicarbonato. Mézclalo con agua para crear una pasta, pon ésta en la superficie que quieras limpiar y deja reposar. Cuanto más sucio esté más tiempo puedes dejar que actúe. Por ejemplo, si vas a limpiar un horno que tiene grasa acumulada puedes dejarlo incluso toda la noche para que haga efecto.
Para eliminarlo puedes rociar también un poco de agua con vinagre y después, aclarar y secar todo bien. Además de eliminar la grasa, el vinagre da brillo y es desodorizante, así que no te preocupes porque deje olor, ya que hace el efecto contrario. Esto te vale para limpiar el horno, o la vitrocerámica, sea de inducción o no.

La nevera también se puede limpiar por dentro frotando con un trapo y con esta pasta de bicarbonato y agua. Después, simplemente aclara con un trapo con agua o con una esponja y seca con un paño. Para los cajones y baldas, puedes usar el mismo método del vinagre y el agua que se usa para limpiar los muebles. Con estos productos naturales evitarás que la nevera coja olores que con otros productos químicos se notarían.
Las campanas extractoras llevan un poco más de trabajo porque, a parte de limpiarlas por la parte exterior e interior, es necesario quitarles los filtros para lavarlos por lo menos cada mes, o dos meses si no cocinas a menudo.
Los filtros retienen mucha grasa así que, para eliminarla puedes meterlos en un recipiente, o el mismo fregadero, con agua caliente y jabón antigrasa. Después, limpia con una esponja hasta que no quede nada de grasa y listo.
La lavadora también se ensucia, ya que el detergente que usamos para la ropa no limpia el tambor. Para limpiarla, puedes hacer un lavado vacío (sin ropa) con vinagre. Es decir, pones vinagre blanco (unos 700 ml) donde va el jabón y haces un lavado a una temperatura alta. Para evitar que coja humedad, procura dejar la puerta abierta un rato cuando retires la ropa después de un programa de lavado.

Encimeras y azulejos
Tanto la limpieza diaria como la limpieza más profunda puedes hacerla con agua y vinagre, ya sabes: pulverizar, aclarar con un paño o una esponja solo con agua y, no te olvides de secar luego.
La limpieza de los azulejos es algo que no tenemos que hacer a diario. Excepto la zona donde cocinamos donde puede saltar aceite y es mejor que limpies después de cocinar, el resto puedes hacerlo una o dos veces al año.
En las encimeras también puedes usar esta mezcla de agua y vinagre aunque hay que tener cuidado dependiendo de los materiales. En el mármol hay que aclarar con agua rápidamente porque se puede quitar el brillo. Si no estás seguro/a, consulta con el fabricante o haz una prueba antes en una zona pequeña y que no esté muy a la vista.
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